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Vargas Llosa – Novela total

«A las dos semanas, en vez del apestoso plato de harina de maíz habitual, les trajeron al calabozo una olla con trozos de carne. Miguel Ángel Báez y Modesto se atragantaron, comiendo con las manos hasta hartarse. El carcelero volvió a entrar, poco después. Encaró a Báez Díaz: el general Ramfis Trujillo quería saber si no le daba asco comerse a su propio hijo. Desde el suelo, Miguel Ángel lo insultó: «Dile de mi parte a ese inmundo hijo de puta, que se trague la lengua y se envenene». El carcelero se echó a reír. Se fue y volvió, mostrándoles desde la puerta, una cabeza juvenil que tenía asida por los pelos. Miguel Ángel Báez Díaz murió horas después, en brazos de Modesto, de un ataque al corazón.»

La fiesta del chivo
Mario Vargas Llosa

Aprovecho una fiesta tan señalada, el 31 aniversario del último intento de golpe de estado en España (publiqué la entrada original en el viejo blog hace tres años, con lo que hablaba del 28 aniversario del golpe), para colar una de las novelas más apetitosas que me he leído y que tiene mucho que enseñar sobre lo que ocurre cuando gente más fuerte que culta consigue sodomizar a todo un país.

El último día del régimen del dictador Trujillo -República Dominicana- sirve de base para este monumental relato, alabado por la crítica como una de las grandes novelas del siglo. Lo que no se sabe bien es de qué siglo están hablando, ya que La fiesta del chivo apareció en el año 2000, a caballo entre la modernidad y la debacle.

Dicen los que saben de esto que La fiesta del chivo es heredera de Conversación en la catedral (1969), la obra que Vargas Llosa dijo que salvaría si sólo pudiera elegir una. En cuanto a la estructura, La fiesta del chivo comparte con aquella la gran cantidad de tramas que se entrecruzan. En favor de esta última hay que decir que el lector sabe en todo momento dónde se encuentra situado, algo que era más complicado en la de 1969. Para mí, esta característica tiene que ver con la madurez del escritor, que ha sabido encontrar el punto medio entre la accesibilidad y la buena literatura. Por contra, algunos miembros de esa elite cultural elevada inaccesible para los mortales se muestran decepcionados a causa de esta facilidad de lectura.

Si alguien no ha oído hablar del término Novela total que se atribuye al escritor peruano, aquí tiene el ejemplo más consistente para saber de qué se trata: una obra con tres líneas maestras que se entrecruzan, relato histórico, periodístico, documental, literatura pura en las ocasiones en que la historia lo requiere, momentos que se confunden con un ensayo, digresiones planteadas en boca de personajes…

Y la excusa para esta sinfonía literaria es Urania Cabral, la hija exiliada de uno de los hombres fuertes del despiadado régimen de Trujillo. A lo largo de las páginas, Cabral se convierte en un símbolo: la imagen del dolor que se puede generar cuando se supedita la condición humana a la jerarquía de un sistema político.

Vargas Llosa – Don Mario y la risa armada

«SVGPFA

Parte número tres

Asunto general: Servicio de Visitadoras para Guarniciones, Puestos de Frontera y Afines (SVGPFA)

Asunto específico: Propiedades de la manteca de bufeo, del chuchuhuasi, el cocobolo, la clabohuasca, la huacapurna, el iporuro y el viborachado, su incidencia sobre el SVGPFA, expreriencias realizadas en la persona del suscrito y sugerencias que hace el mismo.

Características: secreto

Fecha y lugar: Iquitos, 8 de septiembre de 1956.

El suscrito, capitán EP (Intendencia) Pantaleón Pantoja, jefe del SVGPFA, respetuosamente se presenta ante el general Felipe Collazos, jefe de Administración, Intendencia y Servicios Varios del Ejército, lo saluda y dice:

1.Que en toda la Amazonia existe la creencia de que la variedad colorada del bufeo (pez-delfín de los ríos amazónicos) es un animal de una considerable potencia sexual, la misma que lo induce, con la ayuda del demonio o espíritus malignos, a raptar cuanta mujer puede a fin de satisfacer sus instintos, adoptando para ello una forma humana tan varonil y apuesta que ningún ente femenino se le resiste. Que debido a dicha creencia se ha generalizado esta otra: que la manteca de bufeo incrementa el ímpetu viril y hace al varón irresistible a la hembra, siendo por eso un producto de enorme demanda en tiendas y mercados. Que el suscrito decidió hacer personalmente una verificación, a fin de determinar en qué forma esta creencia folklórica, superstición o hecho científico, podría incidir en el programa que ha originado y cimenta la existencia del Servicio de Visitadoras, y, poniéndose manos a la obra, solicitó a su señora madre y a su esposa, bajo pretexto de receta médica, que durante una semana todas las comidas del hogar fueran elaboradas a base de manteca de bufeo, con los resultados que expone:

2.Que a partir del segundo día el suscrito experimentó un aumento brusco del apetito sexual, acentuándose la anomalía en los días sucesivos al punto de que en los dos últimos de la semana, los malos tocamientos y el acto viril fueron las únicas reflexiones que ocuparon su mente, tanto de día como de noche (sueños, pesadillas), con grave perjuicio de su poder de concentración, sistema nervioso en general y efectividad en el trabajo. Que en consecuencia se vio en el imperativo de solicitar de su esposa y obtener de ella, durante la semana en cuestión, un promedio de dos veces diarias de relaciones íntimas, con el consiguiente fastidio y sorpresa de la misma, puesto que el suscrito acostumbraba tener relaciones de intimidad matrimonial a un ritmo de una vez cada diez días antes de venir a Iquitos, y de una cada tres después de llegar, porque debido indudablemente a factores ya identificados por la superioridad (calor, atmósfera húmeda), el suscrito había registrado un aumento del impulso seminal desde el mismo día que pisó suelo amazónico.»

Pantaleon y las visitadoras (1973)
Mario Vargas Llosa

Ya estoy de vuelta en este fin de curso que me está matando: ni leo lo que me apetece ni actualizo el blog todo lo que me gustaría… Pero bueno, siempre es bueno contar con un buen fondo de armario para estas ocasiones, y más si lo que aparece es una joya como esta. La entrada es larga y el comentario corto, que estos párrafos dicen lo suficiente sobre sí mismos como para andar con pedanterías y culturetismos. Así me ahorro el pensar y vuelvo con más energía después.

El tipo de texto transcrito es un informe militar, algo de lo que seguramente ya nos habíamos dado cuenta. La exposición de los hechos que cuenta podría ser: » Pues mire usted, resulta que mi mujer y yo acostumbramos a más o menos polvo cada diez días, y con esto del calor lo hemos rebajado a polvo cada tres. Ya se sabe, la selva. No se va usted a imaginar, mi general, la de revolcones que necesito cuando me alimento de ese pez extraño que pescan en el río». Así podría haber ocurrido si se hubieran encontrado cara a cara. Tonto, pero normal. Y ahora la pregunta (léase a gritos) ¿Pero quién coño explica en un informe militar la frecuencia sexual de la vida matrimonial, y la extrañeza con que la mujer recibe el repentino incremento del ansia del que suscribe?

Se me ha ocurrido que Pantaleón y las visitadoras es un libro de risa armada. Una contradicción, vaya, porque la risa es ligera y si la armamos no da risa, ¿no? Pues sí, aquí lo tenemos. El concepto de risa armada es mío, creo, así que no lo vendáis como el último descubrimiento de las personas leídas. Lo explico. En Pantaleón, Mario Vargas Llosa riza el rizo y experimenta con toda clase de recursos literarios -esto es la armadura- que, tras un intrincado juego de voces y visiones, le llevan a contar una historia cuyo interés no pasa de la mera anécdota -el chiste, la risa-. Revuelto en la contradicción. Los informes militares -el que aparece arriba, que aquí está cortado, es uno de los más hilarantes- se solapan con las narraciones de radio, opiniones varias, artículos de prensa, diario íntimo y unos diálogos rápidos e imposibles. Herramientas suficientes para construir un sesudo elemento de reflexión y que se destinan a un fin mucho más liviano: el humor.

Como imagino que habréis visto la película no cuento el argumento. Yo no la he visto, lo confieso. No ha sido por ninguna razón consciente, creo, simplemente es que aún no se me ha ocurrido hacerlo. Aunque quizás sí que exista un cierto miedo a que me destrocen el libro, que aunque sea tópico es lo que suele pasar con las adaptaciones.

Pues eso, aquí queda. Uno de los grandes.

¡Ah! Y ante la pregunta que me hace mucha gente últimamente sobre los libros que recomiendo: ¿es fácil de leer? Digamos que sí, le podríamos poner, si 10 es muy difícil y 1 muy fácil, un 3. ¿Os parece?