Vargas Llosa – Don Mario y la risa armada

«SVGPFA

Parte número tres

Asunto general: Servicio de Visitadoras para Guarniciones, Puestos de Frontera y Afines (SVGPFA)

Asunto específico: Propiedades de la manteca de bufeo, del chuchuhuasi, el cocobolo, la clabohuasca, la huacapurna, el iporuro y el viborachado, su incidencia sobre el SVGPFA, expreriencias realizadas en la persona del suscrito y sugerencias que hace el mismo.

Características: secreto

Fecha y lugar: Iquitos, 8 de septiembre de 1956.

El suscrito, capitán EP (Intendencia) Pantaleón Pantoja, jefe del SVGPFA, respetuosamente se presenta ante el general Felipe Collazos, jefe de Administración, Intendencia y Servicios Varios del Ejército, lo saluda y dice:

1.Que en toda la Amazonia existe la creencia de que la variedad colorada del bufeo (pez-delfín de los ríos amazónicos) es un animal de una considerable potencia sexual, la misma que lo induce, con la ayuda del demonio o espíritus malignos, a raptar cuanta mujer puede a fin de satisfacer sus instintos, adoptando para ello una forma humana tan varonil y apuesta que ningún ente femenino se le resiste. Que debido a dicha creencia se ha generalizado esta otra: que la manteca de bufeo incrementa el ímpetu viril y hace al varón irresistible a la hembra, siendo por eso un producto de enorme demanda en tiendas y mercados. Que el suscrito decidió hacer personalmente una verificación, a fin de determinar en qué forma esta creencia folklórica, superstición o hecho científico, podría incidir en el programa que ha originado y cimenta la existencia del Servicio de Visitadoras, y, poniéndose manos a la obra, solicitó a su señora madre y a su esposa, bajo pretexto de receta médica, que durante una semana todas las comidas del hogar fueran elaboradas a base de manteca de bufeo, con los resultados que expone:

2.Que a partir del segundo día el suscrito experimentó un aumento brusco del apetito sexual, acentuándose la anomalía en los días sucesivos al punto de que en los dos últimos de la semana, los malos tocamientos y el acto viril fueron las únicas reflexiones que ocuparon su mente, tanto de día como de noche (sueños, pesadillas), con grave perjuicio de su poder de concentración, sistema nervioso en general y efectividad en el trabajo. Que en consecuencia se vio en el imperativo de solicitar de su esposa y obtener de ella, durante la semana en cuestión, un promedio de dos veces diarias de relaciones íntimas, con el consiguiente fastidio y sorpresa de la misma, puesto que el suscrito acostumbraba tener relaciones de intimidad matrimonial a un ritmo de una vez cada diez días antes de venir a Iquitos, y de una cada tres después de llegar, porque debido indudablemente a factores ya identificados por la superioridad (calor, atmósfera húmeda), el suscrito había registrado un aumento del impulso seminal desde el mismo día que pisó suelo amazónico.»

Pantaleon y las visitadoras (1973)
Mario Vargas Llosa

Ya estoy de vuelta en este fin de curso que me está matando: ni leo lo que me apetece ni actualizo el blog todo lo que me gustaría… Pero bueno, siempre es bueno contar con un buen fondo de armario para estas ocasiones, y más si lo que aparece es una joya como esta. La entrada es larga y el comentario corto, que estos párrafos dicen lo suficiente sobre sí mismos como para andar con pedanterías y culturetismos. Así me ahorro el pensar y vuelvo con más energía después.

El tipo de texto transcrito es un informe militar, algo de lo que seguramente ya nos habíamos dado cuenta. La exposición de los hechos que cuenta podría ser: » Pues mire usted, resulta que mi mujer y yo acostumbramos a más o menos polvo cada diez días, y con esto del calor lo hemos rebajado a polvo cada tres. Ya se sabe, la selva. No se va usted a imaginar, mi general, la de revolcones que necesito cuando me alimento de ese pez extraño que pescan en el río». Así podría haber ocurrido si se hubieran encontrado cara a cara. Tonto, pero normal. Y ahora la pregunta (léase a gritos) ¿Pero quién coño explica en un informe militar la frecuencia sexual de la vida matrimonial, y la extrañeza con que la mujer recibe el repentino incremento del ansia del que suscribe?

Se me ha ocurrido que Pantaleón y las visitadoras es un libro de risa armada. Una contradicción, vaya, porque la risa es ligera y si la armamos no da risa, ¿no? Pues sí, aquí lo tenemos. El concepto de risa armada es mío, creo, así que no lo vendáis como el último descubrimiento de las personas leídas. Lo explico. En Pantaleón, Mario Vargas Llosa riza el rizo y experimenta con toda clase de recursos literarios -esto es la armadura- que, tras un intrincado juego de voces y visiones, le llevan a contar una historia cuyo interés no pasa de la mera anécdota -el chiste, la risa-. Revuelto en la contradicción. Los informes militares -el que aparece arriba, que aquí está cortado, es uno de los más hilarantes- se solapan con las narraciones de radio, opiniones varias, artículos de prensa, diario íntimo y unos diálogos rápidos e imposibles. Herramientas suficientes para construir un sesudo elemento de reflexión y que se destinan a un fin mucho más liviano: el humor.

Como imagino que habréis visto la película no cuento el argumento. Yo no la he visto, lo confieso. No ha sido por ninguna razón consciente, creo, simplemente es que aún no se me ha ocurrido hacerlo. Aunque quizás sí que exista un cierto miedo a que me destrocen el libro, que aunque sea tópico es lo que suele pasar con las adaptaciones.

Pues eso, aquí queda. Uno de los grandes.

¡Ah! Y ante la pregunta que me hace mucha gente últimamente sobre los libros que recomiendo: ¿es fácil de leer? Digamos que sí, le podríamos poner, si 10 es muy difícil y 1 muy fácil, un 3. ¿Os parece?

 

8 Respuestas a “Vargas Llosa – Don Mario y la risa armada

  1. Sólo he leído "La Fiesta del Chivo", y me encantó. Me la apunto.

    Me gusta

  2. ¿Te has leído Travesuras de la niña mala? Si es así, te cuento una historia curiosilla

    Me gusta

  3. Supersalvajuan: el estilo es muy diferente a "La fiesta del chivo", pero merece mucho la pena descubrirlo. Las novelas de Vargas Llosa siempre están bien acabadas, redondas. Tanto en el humor como en la crítica o la reflexión aporta siempre elementos interesantes.Madame: No, no me lo he leído, pero ahora no puedes dejar de contar la historia!

    Me gusta

  4. Travesuras de la niña mala me encantó. Tomo nota de las recomendaciones. Besos, Zeberio

    Me gusta

  5. Es verdad, rara vez las adptaciones al cine hacen justicia a la novela, por mucho que digan que una imagen vale más que 1.000 palabras, ni todo buen director sabe elegir la imagen, ni todo buen guionista sabe trasmitir el mensaje del libro sin desvirtuarlo… pero en el caso de Pantaleón, yo creo que la película es una buena adaptación… te recomiendo verla. Sandra

    Me gusta

  6. Pues yo el libro lo leo este verano, que ya lo he apartado, espero que me divierta como parece que te ha hecho a tí.Gracias por tu post

    Me gusta

  7. Creo que soy una de las pocas personas en toda la humanidad que empezaron este libro y lo dejaron en la décima página. Y es que ya se sabe que el sentido del humor es algo muy particular y yo no "enganché" nada con el de Vargas Llosa.Me ocurrió lo mismo con Elogio a la Madrastra, que lo dejé a las pocas páginas.Lo reconozco: Soy una lectora muy poco constante, que deja un libro con mucha facilidad, y no le da una segunda oportunidad.

    Me gusta

  8. Bueno pues yo acabo de empezar con las visitadoras de Pantaleón. Espero que me guste aunque, como dice lo que me ahorro, en las diez primeras páginas me estaba aburriendo. Espero continuar, ya contaré.Un abrazo

    Me gusta

Si dejas un comentario el post mejora muchísimo